domingo, 5 de mayo de 2013

Martha Langona - Exposicón "De parto"- Montevideo 2007 y Serie "Huellas"


Estar de parto o estar siendo para ser- Tatiana  Oroño

Martha Langona nos ofrece una perspectiva de su vida en clave metafórica. Nos da a ver esta obra plástica (obra visual que connota el tocar, el palpar) tematizada por la intuición de una clave existencial que se insinuó primero como temática materna y que pronto su memoria asoció a una canción: “De parto” de J M Serrat, que sintió ella afín y a la vez diversa, enriquecedora de aquella intuición fundante. La voz del catalán le aportaba, con ternura, una visión masculina de la peripecia de la niña que se hace mujer y pronto deviene madre, en el cenit del verano. Un punto de vista externo y a la vez complementario al de su autopercepción femenina. Recuerda la artista, mientras conversamos, unas estrofas: “a las 5 su ayer vuelve de la escuela / y en agosto, de parto”. 
Estar de parto es la expresión completa que ofrece la lengua y el poeta abrevia porque todos entendemos. Pero el uso de la frase apocopada hoy y aquí, puesto que se trata nada menos que del título de la exposición, exige devolverla un momento a su plena expresión verbal porque allí hay algo que se vincula fuerte e íntimamente a la metáfora de vida que la obra expuesta de Martha Langona trasunta.  Estar de parto es perífrasis nominal que denota estado, es decir, duración de una acción compleja o de una constelación de acciones que rodean a la principal implicándola, sustentándola, haciéndola posible. Estar de parto no es, o no es exactamente, parir. Al menos no es mirada la acción de dar a luz como un acto puntual, sino como un acto con prólogos y efectos, como cortejo de acciones y trabajos alrededor del hecho de dar vida. Estar de parto significa estar siendo para ser y para el ser. Nombra la encrucijada biológica en la cual ser para los otros implica estar siendo para sí. Equivale a intensificación del ser y del estar, comunión o comunicación, mismidad y otredad. Y algo de eso, creo no equivocarme, es lo que significa vivir y ser artista para Martha Langona..
Alrededor nuestro tenemos 6 “Partidas” (óleos y cerámicas), 6 “Gestaciones” cerámicas, 7 “Tensiones” en carbonilla. Nos rodea el fruto de diversas técnicas de trabajo: el dibujo, la pintura, el modelado. Nos rodea un juego de alusiones a los procesos que eslabonan la vida, las vidas. Vidas que parten y se parten, vidas que gestan y se gestan, vidas en tensión, tensiones de la vida.
La voz “parto”, asimismo, es sustantivo y también es verbo conjugado. Si alude en esta muestra fuertemente al alumbramiento, como en las carbonillas, a la parición del hijo/a que aparece (a la aparición de ese otro gestado en las penumbras del útero, del deseo y de las incertidumbres), también “dice” así sea en voz más baja, o sotto voce, “parto”: “dejo de estar aquí, emprendo viaje, me despido, me desprendo”.
Es de imaginar que la polisemia del vocablo haya fecundado esta creación multípara que nos es ofrecida en un registro envolvente de paleta ceñida y austeramente lírica. Martha trabaja con poco color, sus óleos aparecen en gral diluidos con aguarrás, aligerados. De ellos ella dice “A veces pinto con un trapo”. (También de Hemingway se dijo, Gelman lo dijo, que “escribía con la goma de borrar”.) Sus murales cerámicos han sido trabajados con delicado celo desde la preparación de la arcilla que como una alquimista ella misma elabora combinando tres ingredientes distintos. Colando luego, y amasando, hasta lograr su cerámica de coloración y textura homogéneas. Tersa como la piel y de una tonalidad desnuda que evoca la luz de la corteza del pan. Sobre sus planchas, en base al dibujo previo, incide con gubias y cuchillitos, esgrafía, esculpe relieves en ritmos equilibrados. Las superficies afiligranadas por la minuciosa dedicación que se exige en lo pequeño (tras la cocción trabaja en el bruñido o pulido de sus piezas con un repujador)  también se “defienden” visualmente a la distancia donde hendiduras y huecos juegan como sombras.
Tal vez y es casi mi última conjetura a propósito de esta obra, de aquella polisemia o “aleteo” lingüístico de la palabra “parto”, provenga este girar de las series en torno a dos polos sólo metafóricamente homologables, tan distantes entre sí en lo pragmático, como son el proceso biológico de gestar, parir y maternar por un lado, y el de la frondosa dinámica portuaria, trasiego mercantil, por otro. Y sin embargo...
Sin embargo hay un punto de confluencia simbólica al que aludí antes: todo parto susurrará un “parto”, un “me desprendo”, un “sigo viaje”. Por algo las madres lloramos porque sí tras los nacimientos. (Como en las despedidas, antes casi siempre en los muelles, se lagrimeaba.) Lloramos, decía, porque sí. Me corrijo: no, porque sí, no. Porque se partió la unidad. Porque al parir se parte. Madre que pare duplica el ser, lo multiplica. Viajero que parte duplica el estar al estar en tránsito. En esos casos toda multiplicación supone un corte.
Eso es lo aludido como inminente, acaso temido, en las carbonillas donde las escenas “umbilicales” se sitúan en el umbral del corte del cordón. Cercenamiento inevitable. Y vital. Algo se parte, se hiende, se fisura para dar paso a la expansión del ser y del estar. Tal como en las superficies construidas por Martha Langona, en las cuales cortes y secciones auguran una reconfiguración lineal, cromática, artística

(Montevideo,17 de octubre de 2007.- La Colmena.- “De Parto)” 















SERIE “DE PARTO”  GESTACIONES I 
Mural de cerámica sobre madera 




















SERIE “DE PARTO”  GESTACIONES I I



















SERIE “DE PARTO”  GESTACIONES III





















SERIE “DE PARTO”  GESTACIONES IV 





















SERIE “DE PARTO”  GESTACIONES V


DE LA SERIE "HUELLAS":














TÍTULO: “RASTRO” 
TÉCNICA: mural de cerámica sobre madera













TÍTULO: “SOY”
TÉCNICA: mural de cerámica sobre madera













TÍTULO: “GENEALOGÍA”
TÉCNICA: mural de cerámica sobre madera





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